Jorge Olmedo Cantalapiedra
Prólogo de José Luis Jerez Riesco
Editorial Barbarroja. Madrid, 2014
120 págs. 12 €
Con lenguaje llano y comprensible el autor pone de manifiesto que Falange no aspiraba a una mera reforma política, sino que aquellos jóvenes idealistas defendían con sangre y ardor poético y militante, encarnizadamente, los nuevos vientos de la Revolución Nacional. Los falangistas sabían bien que las timoratas reformas políticas son generalmente obra de los espíritus mediocres que ven en el parche la solución del problema episódico y puntual cuando resulta que tiene un calado mucho más profundo y que no se arregla con una cataplasma". Del prólogo de José Luis Jerez Riesco
Prólogo de José Luis Jerez Riesco
Editorial Barbarroja. Madrid, 2014
120 págs. 12 €
"Muchos historiadores se
empecinan erróneamente, con absurdo reduccionismo, en vincular a la Falange con
los postulados acomodaticios derechistas
al uso, colocándola en la picota de su maximalismo reaccionario y repiten sin
rubor intelectual, como un mantra oriental, que sus siglas deben incardinarse
en la confusa denominación de la “extrema derecha”; nada más alejado de la
realidad. Olvidan que Falange Española estaba tan equidistante de la derecha
egoísta como de la izquierda revanchista, en el espectro de la política
posicional y que tan enemigos de sus tajantes afirmaciones eran los unos como
los otros, por defecto o por exceso.
Se aborda en el parangón entre la Falange y la Derecha, que es el eje
de la tesis a debate, la contraposición abismal que existe entre el espíritu de
la revolución nacional y social, ansiada por los nacional-sindicalistas y la
reacción encarnada por los rancios conservadores. Con lenguaje llano y comprensible el autor pone de manifiesto que Falange no aspiraba a una mera reforma política, sino que aquellos jóvenes idealistas defendían con sangre y ardor poético y militante, encarnizadamente, los nuevos vientos de la Revolución Nacional. Los falangistas sabían bien que las timoratas reformas políticas son generalmente obra de los espíritus mediocres que ven en el parche la solución del problema episódico y puntual cuando resulta que tiene un calado mucho más profundo y que no se arregla con una cataplasma". Del prólogo de José Luis Jerez Riesco
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